El cáncer de piel se da cuando se dañan las células de la piel, por ejemplo, por sobreexposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol. Australia, debido a su posición geográfica y el modo de vida de sus habitantes, se encuentra al frente.
Todos los años en Australia:
• Los casos de cáncer de piel llegan a alrededor del 80% de todos los nuevos diagnósticos de cáncer
• Entre el 95% y 99% de los casos de cáncer de piel son consecuencia de la exposición al sol
• Hay más de 1 millón de consultas de pacientes de cáncer de piel por año
• Se diagnosticará a dos de cada tres australianos con cáncer de piel para cuando tengan 70 años
Este problema no se limita solamente a Australia. Por ejemplo, el Reino Unido tiene un aumento de cáncer de piel que se explica por el aumento de personas del Reino Unido que vacacionan en el sur de Europa y pasan demasiado tiempo al sol.
La única forma de reducir la cantidad de incidencias de cáncer de piel es pasar menos tiempo al sol. Más y más instrumentos portátiles integran un sensor de UV que brinda el índice UV para advertirles a las personas que pasaron demasiado tiempo al sol.
¿Qué es el índice UV?
El índice UV es un número relacionado en forma lineal con la intensidad de radiación UV que produce quemadura de sol en un determinado punto de la superficie de la Tierra. No se puede relacionar sencillamente con la irradiancia (que se mide en W/m2). La región UV cubre el rango de longitud de onda 100 a 400 nm y se divide en tres bandas
• UVA (315 a 400 nm)
• UVB (280 a 315 nm)
• UVC (100 a 280 nm)
A medida que la luz del sol pasa por la atmósfera, el ozono, el vapor de agua, el oxígeno y el dióxido de carbono absorben toda la radiación UVC y aproximadamente el 90% de la radiación UVB. La radiación UVA se ve afectada menos por la atmósfera. Por lo tanto, la radiación UV que llega a la superficie de la Tierra está compuesta en gran parte por UVA con un pequeño componente de UVB.
La típica densidad de potencia incidente en la luz del sol de mediodía de verano es 0,6 mW/(nm m2) a 295 nm, 74 mW (nm m2) a 305 nm y 478 mW/(nm m2) a 325 nm. Mientras más corta sea la longitud de onda, más nociva resulta para la piel. Para la misma irradiancia, 305 nm es un 22% tan nocivo como 295 nm y 325 nm es un 0,3% tan nocivo como 295 nm. Por ende, los factores de peso eritematoso son 1,0; 0,2 y 0,003, respectivamente. El peso a otorgarle a cada longitud de onda se determina con estas dos ecuaciones:
La integración de estos valores utilizando todos los pesos intermedios en todo el rango espectral de 290 nm a 400 nm produce un número de 264 nm/m2, que dividido por 25 mW/m2 da un índice UV de 10,6. Por ende, la radiación UV es, la mayoría de las veces, un valor entre 0 y 11, y un sencillo índice UV puede determinar el riesgo de daño de la exposición al sol sin protección para el adulto promedio. De 0 a 3 es bajo, a diferencia de 8 a 10 (que es un riesgo muy alto).
Entonces, para que no tenga que tomar su calculadora y hacer cuentas para saber si corre riesgo de quemaduras por el sol, algunos fabricantes de vestimenta inteligente han comenzado a integrar sensores de UV en sus productos. Estos sensores de UV pueden brindarle una alerta cuando el sol está en su punto más fuerte y avisarle cuando ha estado demasiado tiempo bajo los rayos hostiles del sol.
Actualmente en el mercado, se encuentran disponibles los Vishay VEML607, Silicon Labs Si114x y STMicroelectronics UVIS25, pequeños sensores de índice UV perfectos para diseños en artículos portátiles.