Obtenga más información acerca de los fotosensores de Bulgin y descubra la flexibilidad de las soluciones de un solo sensor.
Los fotosensores son un componente esencial en el campo de la automatización debido a su increíble flexibilidad para las aplicaciones. Para quienes no conocen el concepto, un fotosensor, en su forma más simple, es un componente sensible a la luz que convierte la energía de fotones en una señal eléctrica. El fotosensor más básico es el fotodiodo, que consiste en una configuración de PIN de silicio (tipo p, intrínseco y tipo N). Aunque un fotodiodo produce una corriente cuando entra en contacto con la luz, esta corriente es demasiado pequeña para impulsar circuitos, como motores, actuadores, indicadores y controladores. En lugar de esto, los fotodiodos casi siempre se combinan con dispositivos de amplificación, como transistores, para aumentar la salida del sensor y hacerlos capaces de controlar otros dispositivos.
Otros componentes sensibles a la luz, como los resistores dependientes de la luz (LDR), pueden parecer fotosensores pero no lo son, pues no convierten la energía lumínica en una señal eléctrica (su resistencia cambia, pero no producen corriente). Los fotosensores frecuentemente también se utilizan como objetivo en longitudes de onda específicas, como infrarrojo, visible y ultravioleta, lo cual representa una gran ventaja si un sensor se utiliza en un entorno que puede estar sujeto a grandes cantidades de luz ambiental que, de otro modo, podría interferir con el sensor.
Ciertamente, los fotosensores tienen una gran variedad de aplicaciones. Por lo tanto, se utilizan frecuentemente en aplicaciones de automatización, fabricación y robótica. Un ejemplo del uso de los fotosensores en entornos automatizados puede ser una zona de construcción con brazos robóticos. Los brazos robóticos son capaces de realizar trabajos complejos de ensamble a grandes velocidades. Esto los convierte en herramientas ideales para las fábricas, pero, a diferencia de los humanos, la tecnología no puede entender su entorno ni detectar a las personas que están cerca. Dado que los brazos robóticos pueden ser increíblemente poderosos (lo suficiente para causar daños severos), cualquier persona que esté junto a un brazo robótico activo corre el riesgo de sufrir lesiones.
Uno de los métodos para evitar este tipo de riesgos es hacer que los brazos robóticos trabajen en una zona rodeada por cercas lumínicas (rayos de luz que entran en contacto con fotosensores). Cuando una persona cruza esta barrera de luz, el robot se apaga automáticamente para evitar daños.
Otro ejemplo del uso de fotosensores en la automatización es la detección básica de objetos. Una banda transportadora puede tener un sistema en el que los objetos se levantan con un brazo automatizado, pero la distancia entre estos objetos puede ser desconocida. Un rayo de luz que entre en contacto con un fotosensor se puede colocar junto al brazo automatizado para que, cuando se interrumpa la luz, la banda transportadora se detenga y el brazo automatizado pueda levantar el objeto de la banda.
Dicho esto, los entornos automatizados y de fabricación pueden no ser los más ideales para los sensores listos para usarse. Los altos niveles de humedad de las unidades de lavado, las temperaturas bajas de los congeladores o el polvo de una sierra automatizada pueden causar desastres instantáneos en los aparatos electrónicos que no están diseñados para funcionar en estos entornos.
En el mejor de los casos, un sensor dañado puede generar advertencias falsas y desactivar el equipo. Sin embargo, en el peor de los casos, las características de seguridad pueden no funcionar adecuadamente y provocar que los operadores estén en riesgo de sufrir daños. Por lo tanto, es imperativo que estos sensores sean resistentes, confiables y estén probados en el entorno en el que se instalarán.
Fotosensores listos para las tareas más difíciles
Para los entornos complicados donde la confiabilidad es crucial, la nueva gama de sensores fotoeléctricos delgados de Bulgin ofrece los mejores componentes para el trabajo. Esta línea de fotosensores incluye una gran variedad de características que los convierten en la opción ideal para los entornos automatizados, como el sello de clasificación IP67, la cubierta de acero inoxidable, el rango de humedad ambiental de 35 a 85 % y el rango de temperatura de operación de -10 °C a 50 °C. Los sensores tienen un tiempo de respuesta máximo de 0,5 ms, lo que los convierte en una excelente opción para las situaciones que requieren reacciones rápidas. Además, el extremo del cable para la línea está disponible con conectores M5 para una mayor estabilidad mecánica.
Los nuevos fotosensores de Bulgin están disponibles en las variedades PNP y NPN, aunque la señal de control adicional permite configurar el sensor para que la salida se active cuando haya o cuando no haya luz. El suministro de tensión para estos sensores es de 12 V a 24 VDC. Este rango de tensión también aplica para la señal de control que determina si los dispositivos normalmente están activados o desactivados.
Por último, cabe mencionar que los fotosensores de Bulgin son capaces de alcanzar rangos de detección de objetos de 2 mm a 40 mm. Además, el diseño delgado de los sensores, que solo miden 4,5 milímetros, los convierte en una opción ideal para las áreas con espacio limitado.
La importancia de utilizar el fotosensor adecuado
Al integrar sensores en un producto o una aplicación, es esencial que entienda cuál es la manera correcta de montar el sensor. Un ejemplo clásico de la importancia de este punto fue el cohete ruso Proton-M, que giró 180 grados al despegar debido a que algunos de los sensores de velocidad del cohete se instalaron con la orientación incorrecta.
Para evitar situaciones similares, los fotosensores de Bulgin incluyen ciertas consideraciones de orientación que se deben tener en cuenta al instalarlos. Los sensores tienen la capacidad de detectar de forma muy confiable los objetos que se acercan directamente o entran en la línea de alcance del sensor y el emisor. Sin embargo, los sensores no están diseñados para detectar de manera confiable los objetos que se desplazan entre los sensores, ya que un objeto podría estar frente a la región del sensor sin entrar en la región del emisor de luz, lo que podría causar que no haya ningún reflejo y, por lo tanto, evitar la detección.
Aplicaciones de sensor fotoeléctrico de Bulgin
La gama de sensores fotoeléctricos de Bulgin tiene una gran variedad de aplicaciones gracias a su capacidad para enfrentar los entornos complicados y garantizar la confiabilidad mecánica y eléctrica.
Una aplicación posible para los sensores es como mecanismo de seguridad de puerta en los entornos de maquinaria. El sensor se puede montar para detectar si una puerta o un puerto de acceso están cerrados. Si la puerta no está cerrada, se desactiva la maquinaria ubicada en la habitación o el área de acción del sensor. Un beneficio adicional del sensor de Bulgin es que, debido a su clasificación IP67, se puede utilizar con una gran variedad de máquinas, como taladros, sierras, arandelas, limpiadores, etc.
La naturaleza flexible de los cables de los sensores de Bulgin también los convierte en una opción muy útil para los entornos que incluyen movimiento. Los sensores se deben asegurar de forma mecánica, pero los cables no, por lo que se pueden mover según sea necesario. Esto hace que los sensores de Bulgin resulten útiles en diferentes situaciones, incluidos los brazos róticos, que pueden incorporar los sensores para la detección de objetos.
El tiempo de respuesta rápido de la gama de sensores fotoeléctricos de Bulgin también los convierte en una fuente ideal para contadores. Debido a que la gama de sensores fotoeléctricos genera una señal de salida digital y ofrece un tiempo de respuesta increíblemente rápido de menos de 0,5 ms, estos sensores se pueden utilizar en diferentes situaciones de conteo, como las revoluciones por minuto de un disco giratorio o las secciones de una banda transportadora cronometrada.