Los medios de transporte flexibles y respetuosos con el medioambiente son los pilares de una ciudad inteligente. La movilidad inteligente es mucho más que automóviles que se conducen solos.
Esta abarca los automóviles, el transporte público, la bicicleta e incluso los desplazamientos a pie. El objetivo es utilizar múltiples medios de transporte además del automóvil e idealmente sustituir los vehículos que funcionan con gasolina en favor de los eléctricos.
Este enfoque multimodal requiere una amplia variedad de tecnologías que trabajen en conjunto para que las personas y los bienes puedan transitar sin problemas entre los diferentes medios de manera oportuna y ordenada, al tiempo que se reduce la huella medioambiental general. Los vehículos autónomos, e incluso flotas enteras, se deben controlar y guiar mientras se dispone con la infraestructura necesaria para apoyar la electrificación y las rutas óptimas para los desplazamientos.
Además de aprovechar las tecnologías existentes y emergentes, la movilidad inteligente crea nuevos modelos de uso y altera las funciones tradicionales de los vehículos, incluido el automóvil cada vez más eléctrico y autónomo.
La movilidad inteligente es beneficiosa para la sociedad
Sin importar el medio de transporte, la movilidad inteligente se rige por cinco principios clave: tecnología limpia, eficiencia, flexibilidad, integración y seguridad.
La electrificación de los vehículos cumple los criterios de las tecnologías limpias, ya que uno de los objetivos de la movilidad inteligente es distanciarse de los vehículos contaminantes y alcanzar el objetivo de cero emisiones. Reducir los automóviles a gasolina tampoco tiene por qué ser un inconveniente. El enfoque multimodal de la movilidad inteligente consiste en hacer más eficiente y flexible la circulación de personas y productos. El medio de transporte correcto para el viaje correcto implica que los viajeros lleguen a su destino lo antes posible con las mínimas interrupciones posibles. La integración inteligente permite que el uso de dos medios de transporte diferentes para un viaje siga siendo eficiente— puede pasar sin inconvenientes del transporte público local a un tren interurbano, por ejemplo; e ir de una zona céntrica a otra.
Todo esto se diseñó para que se haga de forma segura y se reduzcan los accidentes y las muertes relacionadas con el transporte, además de mejorar la accesibilidad y la asequibilidad— la movilidad inteligente tiene un beneficio social, no solo medioambiental. También cambia la forma de utilizar los medios de transporte existentes.
Los automóviles están cambiando de dirección
La movilidad inteligente consiste en elegir el medio de transporte óptimo para cada viaje, lo que a veces implica que la gente deje de usar sus automóviles y se suba a algo menos tradicional, como un scooter, o que opte con mayor frecuencia por el transporte público, puesto que es más confiable y está más generalizado.
En el caso del automóvil en particular, la electrificación que cumpla con los criterios de tecnología limpia de la movilidad inteligente es el cambio más evidente, mientras que las capacidades autónomas permiten una mejor integración con una ciudad inteligente para mejorar la eficiencia y la seguridad. Pero como la movilidad inteligente es multimodal, los modelos de uso del automóvil también cambiarán. Esto conllevará que las personas estén menos dispuestas a adquirir un vehículo y opten por un modelo a demanda, en el que puedan acceder fácilmente a automóvil cuando lo necesiten con un sistema de precios basado en el kilometraje.
Otro modelo emergente es el del automóvil compartido, en el que varias personas son dueñas y utilizan un mismo vehículo, además de seguir usando los servicios de transporte compartido.
Es probable que este cambio en el uso del automóvil se vea más en las zonas urbanas, en especial si el trabajo a distancia y las “oficinas híbridas” se convierten en la nueva normalidad, ya que muchas personas verán menos necesidad de conducir un vehículo, excepto para determinados tipos de viajes. Los automóviles que sigan circulando serán más autónomos y estarán más integrados con el entorno que les rodea— la movilidad inteligente también forma parte de la evolución hacia una ciudad inteligente.
Hacer que la gente deje el automóvil siempre ha requerido un sistema de transporte público confiable, y uno que esté integrado es el sello distintivo de una ciudad inteligente. La movilidad multimodal requiere que los municipios mejoren la infraestructura y creen flotas de transporte público más grandes, ecológicas y energéticamente eficientes, incluidos autobuses, tranvías, trenes ligeros e incluso metros cuando sea posible. Los sistemas de transporte público inteligentes deben ser útiles para todos los miembros de la comunidad si quieren reducir la congestión vehicular y conectar con facilidad a la gente con otros medios de transporte, incluidos el ferrocarril y el avión, cuando quieran salir de la ciudad.
Por el contrario, la movilidad inteligente hiperlocal puede significar que la gente se suba a medios de transporte más pequeños, como las bicicletas eléctricas o las convencionales. Puede que ni siquiera implique utilizar un vehículo. Las ciudades en las que se puede caminar, además de vivir, trabajar y jugar, forman parte de la ecuación de la movilidad inteligente, y se cruzan con el uso compartido de vehículos y bicicletas, y con las opciones de transporte público. El teléfono inteligente conectado a una ciudad inteligente desempeña un papel importante a la hora de permitir a los ciudadanos planificar sus viajes, ya que les permite trazar su mejor ruta y seleccionar el modo ideal, ya sea sentándose detrás del volante de su automóvil o no.
No se trata solo de desplazarse
Aunque los automóviles seguirán formando parte del modelo de movilidad inteligente, serán cada vez más eléctricos, autónomos y compartidos. También serán más seguros, puesto que su inteligencia inherente les permitirá recibir actualizaciones del tráfico en tiempo real, mientras que los sensores y las cámaras mejorarán de manera considerable la seguridad. “La ansiedad por la autonomía”, la preocupación de que un vehículo eléctrico no vaya a tener suficiente carga para llegar a su destino, se calmará con una infraestructura de recarga tan generalizada como lo son las gasolineras.
Pero la movilidad inteligente tiene que ver tanto con el estacionamiento como con la conducción. Muchos municipios están aprovechando los datos y la tecnología para hacer que sus sistemas de gestión de tráfico y estacionamientos sean más inteligentes, y eso significa reducir los estacionamientos disponibles para promover un menor número de viajes en un solo automóvil durante las horas punta, a la vez que se procura maximizar el uso de los espacios para estacionamientos existentes. Además, aquellos que prefieran conducir pueden verse obligados a pagar más, ya que las ciudades inteligentes utilizan tecnología para ajustar las tarifas de estacionamiento en función de la demanda, la congestión e incluso de la contaminación atmosférica. Al igual que los servicios de transporte compartido que tienen precios elevados durante las horas de mayor demanda, lo mismo ocurrirá con las zonas de estacionamiento. Las aplicaciones para móviles y las instaladas en los vehículos permiten a los conductores encontrar estacionamiento de forma sencilla, mientras reducen el número de vehículos que se disputan un estacionamiento.
La movilidad inteligente en una ciudad inteligente requiere que esta inteligencia se integre, y eso requiere una variedad de tecnologías ya existentes y otras en crecimiento.
La movilidad inteligente se sustenta en la conectividad y los datos
Puesto que la movilidad inteligente depende de los datos, una conectividad segura y confiable es fundamental para poder compartir la información que hace posible un transporte flexible y multimodal. Sin datos precisos y en tiempo real, los ciudadanos no pueden planificar sus rutas, y los municipios por su parte no pueden predecir la demanda ni ajustar los niveles de servicio ni implementar de forma eficiente las flotas de transporte público. La transmisión de datos es esencial para optimizar la circulación de personas y vehículos de todo tipo.
Esto se traduce en que la infraestructura de la red debe estar disponible en su totalidad para permitir que la información se recopile, se comparta y se analice en tiempo real. La integridad de estos datos se debe mantener si se van a utilizar en cualquier toma de decisiones, sobre todo cuando la seguridad es un factor. También se debe garantizar la privacidad de la información, ya que los datos personales de los ciudadanos y su actividad contribuyen a informar sobre la planificación y aplicación de la movilidad inteligente. Cualquier infraestructura de red que permita la movilidad inteligente, sin duda aprovechará el rendimiento y la flexibilidad del 5G.
Una cobertura de red confiable y completa es necesaria para que los residentes puedan acceder a los dispositivos y vehículos conectados y permite a los operadores gestionar las flotas de vehículos con mayor eficacia, incluido el mantenimiento predictivo y la carga de vehículos eléctricos.
Cuando los datos no están en movimiento, se almacenan y analizan, a veces en una ubicación central en un entorno de centro de datos tradicional, pero con la misma frecuencia en el límite, donde se produce la movilidad inteligente. La inteligencia artificial que utiliza tecnologías de visión por computadora para tareas de inferencia habita en millones de dispositivos de borde para recopilar, analizar y compartir información que ayuda a los habitantes a planificar sus rutas y elegir el medio de transporte, mientras que una ciudad inteligente se construye, de manera continua con los datos recogidos como base.
Las tecnologías que permiten el almacenamiento y el movimiento de datos, así como las que ayudan a obtener información de esos datos, desempeñan un papel en el ecosistema de la movilidad inteligente. Un transporte inteligente y multimodal que incluya los desplazamientos a pie y en bicicleta es un elemento esencial de una ciudad inteligente que mejora la calidad de vida de todos los residentes y la sostenibilidad del medioambiente.